miércoles, 28 de agosto de 2013

Seis años después de Antonio Puerta.

Seis años después  de Antonio Puerta. Seis años después de que su marcha a una vida mejor cambiaran muchas cosas de mí, y de Sevilla, una ciudad que puede estar dividida en muchos aspectos, pero que principalmente está dividida en dos: béticos o sevillistas. Verderones o palanganas.
 




Tu marcha significó dejar a un lado los sentimientos futbolísticos que cada uno pueda tener personalmente. Tu muerte unió a toda una ciudad, a dos eternos rivales en personas abrazadas doliéndose por una profunda pérdida. La zurda más prometedora, la zurda de brillantes, la zurda de aquel jueves de Feria, se marchó a causa de que tu corazón de eterno guerrero simplemente dijo basta. No pudo sentirse capaz de seguir aguantando tus galopadas por la banda izquierda del Ramón Sánchez Pizjuán de la Avenida Eduardo Dato. Es verdad que tu número 16 va a seguir siendo usado por numerosos futbolistas, y que tu camiseta va a ser tan sudada como la sudaste tú, pero no va a haber nadie que sea capaz de dejar la huella en el corazón de muchos como la dejaste tú.

Y te lo dice un bético. Un bético que simplemente ama el fútbol. El fútbol, el deporte, y la música. Y que cada 28 de agosto, aunque me equivoque sobre los años qué hace que te fuiste, te tiene en su mente, en su camiseta, que la tengo desde hace cuatro años, y aun estando empezando a desgastarse, intentaré tenerla entre mis brazos, siempre, como mi tesoro más preciado.

De tu ciudad de Sevilla, decirte que ambos clubes representarán a la capital de Andalucía por Europa. Tu Sevilla, ha recuperado la ilusión, se le ve en los ojos a los niños que cada domingo pisan la bombonera de Nervión. Aunque para ello han debido vender a Negredo o a tu gran amigo Jesús. ¿Te acuerdas cuando Jesús tenía problemas de ansiedad y no podía defender los colores de la selección española por dicho problema? Pues imagínate si ha superado ya ese problema. En cambio, en el barrio de Heliópolis la alegría también es máxima. Ocho años después regresamos a Europa, ocho años después vuelve el EuroBetis, al igual que ocurre con tu Sevilla, hemos vendido quizás al jugador más mediático (Beñat), pero hemos traído gente que seguro que lo suplirán perfectamente, de la misma manera que gente que ya estaba han dado un paso adelante. Han demostrado un gran cáracter para echarse el equipo a las espaldas, y olvidarse de la vida extradeportiva para centrarse en su rendimiento.

¿Y de mí? Pues poca cosa. Cada día soy más bético, ya sufra alegrías o desgracias con mi equipo, y al igual que mucha gente, he dado un paso adelante, aunque las cosas no hayan ido bien, aunque las cosas muchas veces se hayan puesto cuesta arriba. Es cierto que ha sido un año bastante extraño, en el que se han sucedido numerosas situaciones que aparentemente eran benévolas para mí, y que al final han acabado siendo perjudiciales. Por eso, Antonio, tu marcha me hizo madurar una barbaridad, aunque te fueras sólo con 22 años, cuando yo sólo tenía doce. Me hiciste comprender que antes de todo, nosotros somos personas, y luego ya somos béticos, sevillistas, hijos, hermanos, sobrinos, etcétera.

Nunca te olvidaré. (1984-2013)

miércoles, 7 de agosto de 2013

El verano más frío jamás contado.

 «Whatever you do in life will be insignificant, but it's very important that you do it. Because nobody else will. Like when someone comes into your life and half of you says you're nowhere near ready, but the other half says: make her yours forever».

 «Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: “hazla tuya para siempre”».

El verbo desaparecer, en la segunda de sus acepciones en el diccionario, habla de "dejar de existir." Además de ello, cuenta con innumerables sinónimos que dan a entender numerosas interpretaciones llenas de connotaciones, de mayor parte connotaciones negativas, de esas de "mirar la botella medio vacía."

Algo que me sorprende bastante de este verano, es el poco calor que hace. Me explico, es el verano más frío desde hace más de 150 años, y las olas de calor se pueden contar con los dedos de las manos. Este frío, lo estoy notando sobretodo, interiormente. Y creo que para explicar esta frialdad personal, creo que habría que explicar un par de cosas sobre mí:

-Hace once meses me mudé con mi padre, y mi hermana. En esa época mis tareas del hogar eran bastantes reducidas, limitadas básicamente a fregar a veces. Hace unos cinco meses, mi hermana se fue a vivir con mi madre, y entonces mis tareas del hogar se ampliaron gigantemente. Ya no sólo era fregar, sino también limpiar, cocinar, recoger, o tender la ropa, además de estar muchas tardes, y noches sólo. Mi padre, a su vez, vive a medias entre aquí con nosotros, y en la casa de su novia. Muchas veces, cada vez que hablo con mi padre, es para encomendarme alguna tarea. Apenas me pregunta un "¿qué tal estás?" o "¿estás bien?", y cada vez que lo hace, se nota que lo hace por quedar bien, ya que se nota que lo pregunta sin tener ningún tipo de emoción en mi respuesta. Tengo dieciocho años y ya casi vivo solo. Es cierto que muchas veces voy a casa de mi madre buscando un poco de cariño, pero no vale de nada. Ya que aunque siempre me reciban con los brazos abiertos, me siento muy solo.


-Hace un año conocí por chat a una chica de Madrid. Hablábamos a veces por ese chat hasta que desapareció durante varios meses de mi vida. Hace cuatro meses apróximadamente, volví a hablar con ella y fuimos a más, llegando al punto de darnos los números nuestros, hablar por móvil incluso. No estoy seguro de decir esto, pero creo que me enamoré de ella de verdad, por primera vez. Hemos discutido una y otra vez, y también nos hemos reconciliado muchas veces. Hace días, y semanas, dejé de sentir lo que sentía. Directamente ni sentí. Ella era casi mi única droga de autoestima. Y creo que mis problemas también la afectaron respecto a ella. Incluso cuando hablaba con ella, me sentí solo. Ella vale mucho, incluso puede ser precisamente una de las mejores personas que pueda conocer uno. Y sé que ella leerá esto, y quiero que sepa que no tiene por qué sentirse culpable, simplemente, mi fuego por vivir se lo llevó el viento, y sólo quedan cenizas que lloran a veces en silencio.

-Y por si no fuera poco, apenas salgo para algo que no sea relacionado con la compra u otro tipo de compromiso rutinario. La última vez que salí por motu propio, y para un fin de disfrutar, fue el 23 de junio, o lo que es lo mismo, dos meses y medio. Es verdad que me paso el día en internet, en chats, y que se conoce a mucha gente, pero ninguna persona termina de ser la pieza del puzle ideal a mí. 
El panorama es desolador, y queda menos de un mes para que comience el Bachillerato. No sé dónde va a parar toda esta situación, pero sé que no voy a ser capaz de detenerla, ya que siempre callo, y por decirlo de alguna manera, ofrezco dos versiones de mí: por un lado, una en la que soy yo, mostrando todo este frío, y toda esta soledad que siento, mientras la versión opuesta ofrezco una cara maquillada, que quiere ocultar los problemas, la baja autoestima. 

*Los dos primeros párrafos pertenecen a la película Remember me (Recuérdame), la cuál me ha hecho inspirarme para terminar de convencerme y escribir esto.*